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miércoles, 8 de julio de 2009

LIAM (Cuento)

Necesito calmarme, las manos no me paran de temblar y el resto de mi cuerpo le sigue progresivamente el ritmo. No se como las cosas llegaron a salirse completamente de control, no pude evitarlo por más que quisiera, solo busque lo mismo de siempre…alguien que me entendiera y me sacara de toda este caos en el que estaba mi vida…y ahora…peor, me arrepiento de todo ello.

Debí hacerle caso a Leo desde un principio, no debí haberle seguido el juego a este tipo, pero fui tan estupida, no pensé, no quise pensar, Dios, ¿se suponía que las cosas cambiarían? ¿Cómo? ¿Si el hombre que se supone cambiaria mi vida yace muerto en la sala? Su nombre era Liam. Pero así somos todos cuando nos cegamos a algo que nos da algo que consideramos valioso, o al menos que no tenemos. No estoy segura de cuales fueron las circunstancias de cómo nos conocimos. Solo recuerdo aquella vez que desperté en el hospital y me dijo –
No te preocupes, todo saldrá bien. Han sido tiempos difíciles, pero te recuperaras, veras que todo cambiara – Quise creer, sus palabras sonaban tan consoladoras, tan esperanzadoras, es como si alguien tocase mi alma y me diera todo lo que necesitaba en ese instante.

Y así fue como empezamos a salir, me llevaba a varios lugares, maravillosos que jamás antes había visto, a pesar que siempre hayan estado ahí, frente a mis ojos. Empecé a descubrir el maravilloso mundo que me rodeaba y sobretodo, empecé a sentir algo que jamás pensé que sentir, empecé a tener fe en el mundo, en que todo este sufrimiento había sido solo la antesala a una mejor vida, parte del sendero de redención para llegar al cielo.

Al menos eso creí inicialmente, pero así como las cosas empezaron de rápido, decayeron con mayor velocidad. Leo trato de advertirme, pero no le hice caso, sabia que algo andaba mal, que no era correcto, sobretodo desde que Liam empezó a golpearme.

Desde ese entonces Leo trataba por todos los medios de confrontarlo, claro que las veces que me lograba ubicar nunca estaba Liam presente. Preocupado por mi, nos dejábamos de ver o comunicar por días, semanas incluso. Me suplicaba que lo dejara, que entrara en razón y me diera cuenta del daño que me causaba. Pero no lo hice. Como toda relación, siempre existen sus momentos difíciles, siempre alguien ama mas que el otro, o siempre alguien daña mas, muchas cosas terminan siendo relativas, todo depende de la intención que exista en el momento.

Liam me amenazaba con dejarme…yo no quería, hasta que sucedió lo inevitable. Todo sucedió tan rápido que incluso las imágenes se arremolinan en mi cabeza y no encuentran el orden coherente para permitirme meditar lo sucedido.

Decidi esperarlo, mientras me quede acurrucada en el sofa, no se cuanto tiempo paso que me quede dormida. De repente, un fuerte golpe, la puerta fue azotada con violencia. Llego como siempre, limpio, casi pulcro en su vestir, alto y blanco con su porte de caballero ingles y sus cabellos peinados, tan tensos, que daría la impresión que su rostro se alargase por ello. Decidi permanecer callada e inmovil. Fue al bar y se sirvió un trago, siempre un mal comienzo para estas últimas noches. Me dijo que no podía permitir que hubiese alguien mas en nuestra relación, que no permitiría que nadie se interpusiera entre nosotros, que todo aquel que intentase obrar maliciosamente para separarnos tendría que pagar un precio muy caro por su osadía.

De solo recordar la expresión en su rostro, la sombra de la locura dibujada en su cara, daba pie a imaginar lo más terrible de los actos que podría llevar a cabo la mente humana o inhumana…

Y así con la frialdad que lo caracterizaba, como quien mata una mosca con las manos y se las limpia sin remordimiento alguno me lo dijo -
Me deshice del problema, nunca mas interferirá, entre nosotros, JAMAS!!!…- Me quede en una pieza, detenida en el tiempo ante tal declaración. No estaba segura en ese instante de que se refería, pero instintivamente sabia la respuesta…- Tu amigo nunca mas volverá a entrometerse entre nosotros, a menos que regrese como fantasma – Y soltó una carcajada desencajada, como si en su mente retorcida fuese la cosa mas divertida del mundo.

La cabeza me empezo a dar vueltas, como me habia ocurrido ya en anteriores ocasiones, desvaneciendome y despertando con un fuerte dolor de cabeza al dia siguiente y completamente exhausta. Pero no fue asi esta vez. Fue entonces, que sin pensarlo, me di media vuelta y me dirigí a la cocina, saque un cuchillo de uno de los cajones, me abalance sobre él y le atravesé el pecho. No recuerdo cuantas veces fueron que encaje el cuchillo en su pecho, en el rostro, en el suelo…solo recuerdo un mar de sangre que se expandía por el suelo. Me dirigí casi arrastrándome hacia el baño. No salía aun de mi estupefacción ante los hechos. Solo podría jurar, que casi disfrute hacer lo que hice, una furia incontenible e inconmensurable nació de lo profundo e innatural de mi ser, como si algo hubiese permanecido latente, dormido y oculto, por muchísimo tiempo, esperando el momento de salir y definir el mundo, mi mundo.

Me puse en pie valiéndome del lavamanos para darme impulso y apoyo. Abrí la llave del caño y deje correr el agua por un rato, cerré mis ojos y me concentre en escuchar el chorro de agua que caía continuamente impactando contra la superficie del lavamanos. Coloque el cuchillo al lado de la jabonera y empecé a lavar mis manos, lenta y delicadamente, como si por alguna razón disfrutase el momento. Mi respiración se empezó a hacer mas lenta, más calmada, como si algo en mi empezase a descubrir algo de lo que no se había percatado.

Fue entonces, cuando sentí esa respiración entre cortada, forzada y agistada, proveniente de todas direcciones. Abrí mis ojos, sin dar crédito a lo que veía, en frente mío, se encontraba un espejo ovalado vertical, y en su reflejo lo vi, estaba ahí, parado…

Gire rápidamente sobre mis talones, cogiendo instantáneamente el cuchillo y lance un golpe de forma refleja…nada, solo aire…y un escalofrió recorrió mi espalda. Mire para ambos lados y nada. Me acerque lentamente hacia la puerta del baño para observar si el cuerpo aun estaba en la sala…ahí estaba, tal como lo había dejado.

Definitivamente me había vuelto loca, solté el cuchillo, el cual hizo un fuerte sonido al impactar contra el piso de mayólicas. Metí el rostro en el lavado y deje que el agua mojara mi cabeza. Luego lave fuertemente mi rostro, como si tratase de despertarme de este extraño episodio de mi tan deplorable vida. Levante mi rostro con mis manos aun en él, y lentamente empecé a deslizarlas, tratando de secar mi rostro, mirando directamente al espejo, es ahí cuando me di cuenta de algo, tan chocante, tan abrumador, que el solo imaginarlo era intolerable…y lo fue…y en ese momento me desvanecí…

***

Me quedan pocos instantes de vida. lo se, lo siento, las heridas son mortales y no hay nada que pueda evitar mi nefasto destino, sabia que ya no podía hacer nada, pese a mis esfuerzo por hacer que Nina reaccionara y se diera cuenta que se hacia ella misma daño. Todo cambio, desde esa vez que sufrió la sobredosis con los antidepresivos, estuvo al borde de morir, bueno, estuvo muerta por exactamente 45 segundos. Pero volvió, y estuvo en recuperación por más de 3 meses. Luego me empezó a contar de alguien que conoció en el hospital, alguien que juraba le mejoraría la vida. En principio me alegre, pero luego temí por su seguridad. Desaparecía por largos tiempos, y cada vez que la veía estaba físicamente maltratada, agotada y deplorable. Puesto que nunca conocí personalmente al sujeto, solo supuse que él era responsable de su estado actual. Fue así cuando gracias a uno de los vecinos que me llamo para avisarme que ella estaba en casa y que se oían terribles gritos en su apartamento.

Me dirigí de inmediato y una vez ahí tuve que ingresar a la fuerza, ella estaba ahí, sentada en el sillón en posición fetal, cubriéndose la cara con sus brazos, como si no se hubiese percatado de mi ingreso forzoso. Me acerque hacia ella, estaba lastimada, Dios no sabia que hacer, la cubrí con una de las mantas que estaban regadas por el piso. Solo atine a decirle que iría a pedir ayuda, a llamar a un medico o a la policía, y sin previo aviso se abalanzo sobre mi, con un gran cuchillo, empezando a perforarme el pecho. Una voz potente y desconocida, casi endemoniada y ensordecedora salio de su boca –
Nunca nos separaras…NUNCA!!!-

Ella se fue al baño, imagino que habrá pensado que acabo completamente conmigo, pero ahora eso es inevitable, es cuestión de tiempo para que eso suceda.

Nuevamente salió del baño, moviéndose lentamente con el cuchillo en su mano izquierda…con el rostro mirando hacia el suelo mientras sus cabellos mojados colgaban cubriéndole el rostro.

Con todo el esfuerzo en mi ser logre reunir la fuerza necesaria para decir –
Nina, por que haces esto…?- Entonces, ella levanto la mirada, fue una mirada iracunda en extremo, podría jurar que de ella podría salir fuego y quemarme en el mismo lugar donde me encontraba, rojo, un tinte rojo sangre intenso los cubría. Se movió con una rapidez increíble hacia mi, hasta colocar su rostro a la altura del mío y levantando el cuchillo por encima de su cabeza, apuntando hacia mi rostro dijo: - Nina… ya no esta más, solo Liam…Liamahnatzu…y lo recuerdo todo...absolutamente todo ahora…- y sonriéndome demencialmente, bajo el cuchillo con todas sus fuerzas…

***

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