Había sido un día
tan cansado como inútil, ya que la información que habías logrado obtener no dio
los frutos que esperabas. Tal vez mañana puedas conseguir algo más, pero para
lograr eso vas a tener que arriesgarte un poco más y deambular por las zonas
más oscuras de la ciudad. A pesar de todo, te consideras una persona afortunada,
pues tu llegada a esta ciudad ha sido más que bendecida, sin embargo, no logras
quitarte la costumbre de mirar por encima de tu hombro.
Llegas a tu
habitación en la Dama Oscura y te desplomas en el camastro. El dolor en tu
espalda trepa rápidamente hasta tu cabeza, donde el agotamiento decidió
establecerse desde hace mucho, sin embargo, te empiezas a dar cuenta que el
bullicio de afuera ha empezado a menguar de forma extraña, pues la gente se
mantiene apostando bulliciosamente en este lugar hasta altas horas de la noche.
Te pones en pie y te diriges hacia la ventana para mirar si algo está
sucediendo.
Ves gente
corriendo por la calle, algunos parecen gritar como si estuviesen dando ordenes,
pero no logras entender claramente lo que dicen. Hay caos afuera, posiblemente
alguna pelea entre la “distinguida” clientela del lugar. De repente tus ideas
se ven aclaradas de golpe, pues una luz se empieza a ver crecer claramente a
unas casas de ahí. Fuego, un incendio, algo está sucediendo y parece serio.
Recoges tus cosas y te preparas para salir a ver lo que está sucediendo. Esta noche parece recién estar comenzando…
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