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jueves, 10 de septiembre de 2009

EL PLAN SUICIDA (Cuento)

La casa está rodeada, lograron internarse demasiado pero nunca pensaron muy bien el plan de escape. Digamos, no era lo que todos tenían en mente al momento de planear el famoso "Plan de Rescate". Revisas nuevamente tu escopeta, tu morral, repasando las municiones restantes, 3 a 0. Esto resultará siendo más difícil de lo que pensabas, puesto que ante la inminente horda de cadáveres putrefactos y hambrientos merodeando por todo sitio, pues, las posibilidades de escape son escazas.

Inhalas y exhalas rápidamente, tres veces, a veces ayuda a calmar los nervios, pero parece esta vez solo inflar más el terror que crece en ti.

Pues bien, repasando tus opciones, decides seguir la alternativa más efectiva, la del suicida. Al abrir la puerta del sótano donde te encuentras, lanzarás golpes a diestra y siniestra, a todo Zombie cuanto veas, correrás lo más rápido que tu cuerpo permita y más. Y si las cosas se tornan demasiado complicadas, harás uso de las tres municiones que te quedan en la escopeta. Hacer que valgan lo suficiente.

Abres la puerta y das un salto potente hacia la cocina...nada...silencio, deben estar en la otra habitación, criaturas tan tontas, no pueden probablemente haber pasado de la puerta...

Te lanzas e irrumpes en la sala, asiéndote de la escopeta como garrote.

El lugar esta vacío.

Tus sentidos te dicen que esto puede ser una trampa, pero, imposible, lo "fríos" son incapaces de tales cosas, tienen literalmente el cerebro muerto. Osea, no piensan...

Al menos, se supone...

Un ruido te saca de tu meditación y te permite reaccionar instintivamente en dirección de dónde provino el ruido. Miras como un objeto pequeño, proveniente de una esquina oscura de la sala, está rodando en dirección hacia ti. Miras y no das crédito a tus ojos al darte cuenta que lo que coges del suelo es una pelotita de goma, LA pelotita de goma con la que ELLA jugaba, pero resulta que ELLA, fue víctima de los malditos Zombies. Es cuando levantas la mirada y te das cuenta que su cuerpo comatoso y desgarrado sale de entre las sombras y te extiende los brazos. Caes aterrado al suelo y empiezas a retroceder con todas tus fuerzas empujándote con tus piernas. Tras de ella, todo tu grupo, los fabulosos amigos con los que planeaste el dichoso plan, la acompañan.

Tal es tu horror al darte cuenta que en sus ojos, aquellos ojos oscuros que han sido reclamados de la forma más grotesca por la muerte, te miran con pena y angustia.

Tu instinto de supervivencia puede más que tus sentimientos, puede más que tu miedo y rápidamente te pones en pie y apuntas con la escopeta hacia ellos. Te das cuenta que ninguno de ellos está intentando atacarte, y ELLA, tiene los brazos extendidos en señal de consuelo en lugar de querer atraparte.

Tal es tu asombro del sufrimiento que expresan en sus carcomidos rostros, que el horror que te inunda, es superado por el entendimiento inmediato del hecho. También estas muerto, pero...consciente...sensible...coherente...

Imposible...!!!

***

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