La mano que nos ayuda, la garra que nos asfixia; los escuchaba venir por todos lados, una cacofonía de rasguños contra los bloques de piedra y un creciente chillar de incontables alimañas provenientes desde los laberínticos e insondables túneles en las profundidades de las alcantarillas. Trató de concentrarse en el pequeño objeto esférico que sujetaba entre sus manos, esperando que haga algo, que se ilumine como las veces anteriores, pero nada. Cerró los ojos, murmurando palabras repetidamente, cual mantra tratando de establecer algún contacto, pero seguía sin respuesta. Es ese momento, la oscuridad le devolvió la mirada, directamente a los ojos, un mar de cientos y minúsculos puntos brillantes moviéndose a un ritmo escalofriante, pero a su vez hipnótico, acercándosele por todas partes. La muerte era inevitable.
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Continuaba preguntándose en qué forma les pudo fallar y aun así no fue capaz de entender cómo fueron capaces de dejarlo en prenda de pago a los nobles para saldar su deuda y escapar de su responsabilidad. Sus días se hicieron más miserables y la servidumbre en la que se encontraba no hizo más llevadero el vacío que iba creciendo en su interior. Gwoan Syen, era el único amigo que tenía y que, ante las circunstancias, lo animaba a continuar un día más. A veces no recordaba con claridad cómo se conocieron y desde hace cuánto, pero si estaba seguro que era la única persona en todo Richemulot que se había mantenido de su lado. Durante sus años juntos en Pont-a-Museau, le enseñó a canalizar su energía a través de un pequeño objeto esférico de metal que le había regalado, el cual contenía en su interior un extraño cristal iridiscente. Con ello logró realizar cosas sorprendentes, que, si bien eran pequeñas, resultaban ser asombrosas, pero que ha vista de extraños podrían causar temor y augurar cosas funestas.
Una noche se desató el caos en la Casa Bluntchard, el pequeño Gilen, hijo recién nacido de la Dama Soreana, había desaparecido. Uno de los sirvientes, Loers, con quien había tenido problemas antes, lo señaló como responsable, rebelando su pequeño secreto arcano a todos. La reacción de los patrones no se hizo esperar, lanzando a su guardia personal para apresarlo y recuperar al pequeño. Era de conocimiento que los matones que tenían para su protección, no tenían contemplación alguna en los métodos que utilizaban para conseguir lo que se les pedía. Es así que Gwoan lo apresuró a recoger sus cosas para escapar juntos, pero en su intento tuvo que quedarse para retrasarlos. Sabía que no lo volvería a ver, lo que significaba su muerte. El único lugar en el que sabía que no lo seguirían era en las profundidades de las alcantarillas, lo cual también era una sentencia de muerte, pero en ese momento no quedaba otra alternativa.
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El gran destello azul se iba apagando, el dolor que recorría su cuerpo era inimaginable, lo que al parecer hizo que recobrara la consciencia. Podría haber jurado que le faltaba alguna parte de su cuerpo, que, con cierta aprensión, tanteó con sus manos para saber qué tan grave eran sus heridas. Sin embargo, descubrió que solo se trataban de rasguños en su cuerpo, muchos rasguños. La trémula luz de una vela lo trajeron de vuelta al mundo, especialmente al ver que quien la portaba era Gwoan, pero su alegría fue fugaz al ver que su semblante era el de un cadáver, lo que no le auguraba nada bueno, especialmente al percatarse que se encontraba bajo un techo desconocido.
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Los siguientes meses fueron extraños. Gwoan se había tornado más misterioso, siniestro, críptico, sin ofrecer explicación alguna a su desconfiado pupilo, ni prestar atención a sus inquietudes. Con temor Patrick continuó recibiendo los conocimientos que le impartía, dejándose guiar por una tenebrosa senda. En un principio lo seguía con miedo, sin embargo, se sentía en deuda por haberlo sacado de toda la situación en la que se vio envuelto, pero conforme pasaba el tiempo, esos sentimientos se fueron disipando dando paso al interés, la fascinación y al ansia de poder, como si aquello que fuese Gwoan, también lo estuviese asimilando.
Descubrió que el lugar donde se encontraban eran los dominios de Borca, un lugar conflictuado por las intrigas de las clases altas que, en contraparte al creciente resentimiento de una clase baja, estos mantenían un frágil control de la plebe, que, lentamente iba acumulando presión sobre un fogón de injusticia que eventualmente les explotaría en la cara a sus opresores.
La casa en la que se encontraban perteneció a una familia de clase media alta, que al parecer se vio víctima de las intrigas de los nobles, quienes tomaron posesión de sus bienes y negocios dejándolos casi en la bancarrota. Se comenta que esto fue consecuencia del escándalo protagonizado por su único y joven heredero, el Dr. Lee S. Cooper. La misteriosa desaparición de su prometida y el posterior macabro hallazgo de cadáveres en su sótano, condujo a la población a pensar que había sido víctima de sus malsanas prácticas.
Nada se supo de él después que la turba invadiera su casa para lincharlo. Sus Padres fueron apresados y él pareció desvanecerse de la misma forma que su pactada novia. Se tejieron muchas historias al final, como que algunos oyeron atroces alaridos y luces sobrenaturales provenientes del sótano. Otros dicen que los mismos demonios surgieron del abismo para reclamar su alma en pago por sus actos. Otros cuentan que lo que sea que haya tenido debajo de la casa se sacudió de tal manera que hizo estremecer la casa, oyéndose atronadores crujidos, lo que hizo que la turba saliera despavorida de la casa. Sea lo que sea que haya sucedido, solo una tropa de hombres, que en realidad se trataron de rufianes pagados y obligados por sus para apaciguar sus temores, decidieron volver a la casa para bloquear la entrada al sótano y evitar que nadie se vea tan estúpido de bajar o liberar accidentalmente lo que sea que este en las entrañas de esa casa o lo que fuese que estuviese en las profundidades se intentase escapar.
EL Dr. Lee S. Cooper fue una joven promesa con un brillante futuro en medicina humana. Sus estudios en la universidad de Dementlieu se vieron pausados debido a que retornó a Borca para formalizar su compromiso con Lady Sabine Steinbach. Ambas familias buscaban reforzar los lazos familiares y a su vez fortalecer sus empresas, hecho que, al parecer, no fue muy bien visto por otras familias.
El Dr. Cooper tenía la costumbre de anotar todo en diarios, que en un principio tenía de forma muy ordenada y precisa, pero conforme su historia se fue volviendo turbia y el caótica, se reflejó en sus erráticas anotaciones incongruentes. De esta forma Patrick fue conociendo su historia y daba por hecho que había mucho más por descubrir.
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