Dead Man Joking
Del conflicto a la catarsis de la palabra hecha manfiesto para el circo virtual.
miércoles, 15 de octubre de 2025
AQUEL CAMINO HECHO DE BUENAS INTENCIONES... (I)
sábado, 24 de febrero de 2024
CAP 5 – I. TODOS LOS CAMINOS, TODOS LOS DESTINOS
Volvió la vista hacía la calle, miró los caminos para asegurarse que nadie la hubiese seguido. Sintiéndose más recuperada volvió a tocar nuevamente la puerta. Tenía la impresión de que habían pasado varias horas desde que saltó de aquella ventana. La pierna izquierda le dolía y una punzada eléctrica le recorría de rato en rato por el cuerpo.
Tocó nuevamente la puerta, no hubo cambio. Volteó una vez más para mirar a
la calle, algo había cambiado. Una delgada capa de niebla se deslizaba
lentamente al ras del suelo, cubriéndolo a su paso. Venía en su dirección.
Se giró y golpeó con más fuerza la puerta, hasta el punto de lastimarse nuevamente
los ya magullados brazos. Comenzó a gritar.
+++
Marek emprendió el camino al Hospicio en busca de los demás. Las cosas
habían tomado un giro inesperado. Tenía claro que su afán de escalar posiciones
no le iba a ser tan fácil pero no había contemplado verse involucrado en situaciones
tan turbias. Si bien las calles se veían tranquilas, salvo uno que otro ruido
extraño a la distancia, quizás una posible tormenta en ciernes, sabía que no
eran seguras de transitar durante esas horas, pero su experiencia le había
permitido tomar las mejores vías para su seguridad. Hubo un momento en que tuvo
la sensación de que lo estaban siguiendo. Tomó un desvió y se ocultó, esperando
confirmar su sospecha. Esperó por unos minutos y justo en el momento que se
disponía a salir, una sombra se proyectó por el camino por donde caminaba antes.
Una leve capa de niebla comenzó a formarse al ras del suelo. La temperatura
bajó repentinamente, dando paso a un leve vaho con cada exhalación.
Tomó la empuñadura de su arma, preparándose de ser necesario. Las pisadas
en la tierra comenzaron a escucharse como si fuese lo único que se moviese en
toda la zona. Estaba muy cerca. Una figura encapuchada avanzaba sin apuro para
detenerse en medio del camino. Giró para mirar en dirección a donde Marek se
ocultaba. Levantó la mano apuntándole con el dedo índice para finalmente
desvanecerse en el aire. Por una breve fracción de segundo, como si de un
destello se hubiese tratado, le pareció ver otras pequeñas figuras flotando en
el aire, desvaneciéndose en el mismo instante que el encapuchado, escuchándose
múltiples estruendos breves.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de Marek. Inconscientemente esperó unos
minutos para asegurarse que nada más aparecería para sorprenderlo. La
temperatura descendió un poco más. La niebla parecía cubrir todo al ras del
suelo. Marek se puso en pie y dio unos pasos hasta acercase al lugar donde
estuvo la figura. La niebla fluía por el suelo como una corriente de agua en un
arroyo cubriendo sus pies y que a cada paso que daba, unos hilillos parecían
trepar por sus pies para desvanecerse al llegar a sus tobillos.
Trató de entender lo que había pasado, pero estaba demás buscarle una
explicación, sería perder más tiempo. Retomó su viaje hacia el Hospicio, cuando
al disponerse a dar el primer paso, el resoplido cálido de un caballo le golpeó
en la nuca. Marek se quedó con el pie en el aire mientras a niebla se elevaba
hasta alcanzar su pie para hacerlo aterrizar con suavidad en el terreno.
Su instinto le decía que corriera despavorido para ponerse a salvó, pero le
fue imposible no querer voltear para saber que era aquello que se encontraba
tras de él. Dio un salto hacia adelante, realizando una pirueta apoyando ambas
manos en el suelo para terminar con un giro en el aire. Esto le permitió
alejarse por lo menos unos tres metros de aquello que había aparecido,
permitiéndole adoptar una mejor posición, facilitándole desenvainar su arma y
ponerse en guardia.
Frente a él, un gran caballo negro azabache agitaba la cabeza con mirada
salvaje y blanquecina, como si quisiera arrancar la marcha, mientras sus cascos
brillaban con fuego cada vez que golpeaban el suelo. Sus grandes fosas nasales
se ensanchaban expulsando humo. Sus labios estaban retraídos por las riendas,
dejando al descubierto sus dientes, dibujándole una macabra sonrisa.
Sobre el caballo, un jinete corpulento vestido en ropajes negros y plata.
Su oscura capa de cuello alto flotaba tras de él. Sus botas color ébano brillaban
junto con sus espuelas y estribos de plata. Con su brazo izquierdo sujetaba las
riendas, en lo alto y tensadas por el movimiento del caballo, conteniendo su
marcha.
El terror se apoderó de Marek al ver que sobre los hombros del jinete no
había cabeza.
+++
La joven trató de calmarla, pero Nicoleta sonaba bastante alterada y no
parecía entender razones. Desde el último ataque recibido en el hospicio
tomaron medidas de que nadie pudiese ver directamente a Larshela. Por lo que,
dadas las circunstancias, no le permitirían ingresar.
Nicoleta volteó a ver nuevamente a la calle, la neblina cubría todos los
caminos, sin embargo, en esta oportunidad logró divisar una figura que se
acercaba a gran velocidad hacía ellas y que conforme se acercaba, se le hacía
particularmente familiar.
- ¡ABRÁN LA PUERTA! ¡DEJENNOS ENTRAR! – Marek corría
desesperadamente hacía el hospicio, viendo una figura de pie en la entrada,
cuya vestimenta le permitió reconocer a Nicoleta. Sentía que las piernas le
quemaban y mientras sus pies se movían lo más rápido que nunca antes en su vida,
lo que le causaba un intenso dolor, pero sabía bien que eso no sería nada si es
que el jinete lo alcanzaba.
Era un estruendo tras otro, como si una tormenta se hubiese desatado
repentinamente frente a ellos. Los ojos de la joven Sulemi se abrieron como
platos al ver que tras aquel hombre a la distancia se aproximaba una leyenda
urbana hecha carne y hueso. El pánico se apoderó de ella retrocediendo con una
expresión de horror en el rostro. Aprovechando la oportunidad, Nicoleta empujó
a la joven y entró en el hospicio, abriendo la puerta lo suficiente para esperar
a aquel hombre. Sin embargo, por la cercanía de la imponente y terrible figura,
no estaba segura de sí aquel hombre pudiera lograrlo.
Por unos segundos se vio tentada a cerrar la puerta y dejarlo a su suerte.
El tiempo pareció ralentizarse frente a sus ojos, viéndolo suspendido en el
aire moviéndose muy lentamente mientras se esforzaba más allá de lo posible para
salvar su vida.
- ¡CONTINÚA¡¡CONTINÚA! – gritaba en su cabeza.
Marek cruzó la puerta como un bólido. Nicoleta dio un portazo y corrió los
cerrojos para asegurar la puerta. Retrocedieron varios pasos, esperando que el
portón soporte y mantenga a aquella criatura fuera. Un silenció mortal cubrió
el lugar.
- ¿QUÉ ES LO QUE SUCEDE AQUÍ? – la voz de Larshela retumbo en el
lugar rompiendo el silencio, lo que hizo saltar tanto a Nicoleta como a Marek,
mientras la joven Sulemi se desmayaba frente a ellos.
De repente unos potentes golpes hicieron retumbar el lugar de tal forma que
el marco del portón de entrada crujió dolorosamente, formándose una nubecilla
de tierra y astillas, lo cual logró sobresaltar a todos los presentes.
La tensión en el aire podía cortarse con un cuchillo y la espera se hizo
casi eterna, pero al final, lo habían logrado y la calma retornó lentamente.
///
martes, 20 de febrero de 2024
CAP 3 – VIII. UN GRANO DE ARENA TRAS OTRO
Marek, se encontraba en una difícil situación, pues de los tres, él era el
único en ese lugar que había sido invitado formalmente. Skypper era un viejo
colega que al parecer requería de sus habilidades y la señorita presente era
una dama en apuros que necesitaba su ayuda. Antes de que pudiese idear algo ingenioso
que lo pusiese en una posición de ventaja, la mujer, que llevaba ambos botines
de tacón sujetos en una mano, se abrió paso entre ambos sin hacer el menor
ruido. Se acercó a la ventana, asomándose sigilosamente para ver si alguien vigilaba.
Skyp y Marek se miraron, asintiendo con la cabeza mientras levantaban una ceja
en señal de inesperada conformidad.
Nicoleta, metió ambas botas en un bolso de tela roja con rayas
entrecruzadas o ¿eran cuadros?, sorprendentemente ambos ingresaron sin mayor
inconveniente a pesar de parecer mucho más pequeña. Abrió la ventana de par en
par. Marek se disponía a darle el alcance con la intención de atajarla antes de
que tome alguna decisión, pero en ese momento, la atención de ambos colegas fue
atraída hacía la puerta, donde la perilla comenzó a moverse nuevamente, traqueteando
insistentemente, como si alguien quisiese entrar a la fuerza.
Al retornar la atención a la ventana, una fugaz figura desaparecía en el
aire. Nicoleta había saltado desde el segundo piso. Marek corrió angustiado, sorprendido
al ver lo que había hecho la temeraria mujer. Afuera todavía estaba oscuro, aún
faltaban unas horas para el amanecer. Abajo, el lugar estaba rodeado de
jardines y fácilmente pudo haber caído en uno de los densos arbustos. La puerta
comenzó a ser golpeada con fuerza.
+++
Sus órdenes eran claras, capturar a la mujer y llevarla a la cámara húmeda
para hacerle algunas preguntas. En su cabeza, le pareció gracioso el hecho que
ni siquiera el presumido de Giovanni podría intervenir esta vez, pero la gracia
se le esfumó al recordar que ella fue capaz de evadirlo. Si se le escapaba,
Lady Fiorentine se enojaría con él.
Le pareció que había ingresado en esta habitación, pero debía asegurarse. Tomó
la perilla y trató de entrar, pero la puerta estaba cerrada. Traqueteó con la
perilla con cierta fuerza ante la frustración. Golpeó fuertemente la puerta,
pero nada. En el momento en que se lanzó para embestirla, la puerta se abrió,
dando paso a un sorprendido Salvio Gravano, tropezando con la alfombra y
cayendo de bruces en el piso. Se puso de pie tan rápido como pudo para hacerle
frente al pequeño hombre que estaba parado al lado de la puerta. Marek
sorprendido se quedó mirando al inmenso hombre calvo que se elevaba por encima
de su cabeza.
- ¿Dónde está la mujer? – bramó con voz ronca y potente, con
aspecto de toro en dos patas.
- Desconozco de que me está usted hablando. Y le exijo una explicación
ante esta intrusión y violencia. Soy un invitado de Don Vito a través de su
hijo Giovanni, para atender negocios importantes y toda esta batahola no me ha
permitido conciliar el sueño como es debido. –haciéndole frente al
enorme sujeto, recriminándole su actitud.
Salvio lo miró desde lo alto y barrió la habitación por encima suyo. Un ligero
pinchazo de inquietud en su nuca le decía que la mujer parecía no estar allí y
que debía darse prisa antes que la situación se ponga mucho peor. Volvió a
mirar a Marek directamente a los ojos, escrutando minuciosamente a un maestro
del engaño, pero, aunque no estaba del todo convencido no debía perder más
tiempo.
Salió a trompicones de la habitación sin mediar palabra alguna. – Don
Giovanni sabrá de este atropello en cuanto lo vea. – recalcó Marek
haciendo uso de sus habilidades para que la voz no se le quebrará por la risa,
azotando la puerta para reforzar su molestia.
Poco le preocupaba a Salvio el tener que lidiar con los amigos de Giovanni.
Ahora tenía mayor prisa en ubicar a la mujer.
+++
Una risita burlona se escuchó entre las sombras – Por un momento pensé que no lo
lograrías – dando dos palmadas en reconocimiento a su esfuerzo.
- Bueno, no debemos perder más tiempo. – replicó Marek. Skyp estuvo
de acuerdo dándole una palmada en el brazo, respondiéndole. - Sus
planes siguen en marcha, pero no tengo idea que será lo siguiente en su agenda,
pero es un hecho que buscaran llamar la atención de Ivan. Lo sucedido con Nicoleta
es muestra de que están cortando cabos sueltos, veré qué más puedo averiguar y
de qué forma ayudarla. Incluso tú mismo podrías formar parte de sus
maquinaciones o ¿pensabas que los ricos eran realmente “nobles” de fiar?
– la mente de Marek evocó el recuerdo de la gran puerta roja y su madre.
- Busca a tus amigos en el Hospicio, vas a necesitar su ayuda si es que
necesitamos hacer frente a toda esta intriga. Y recuerda… No confíes en nadie.
/ / / FIN DEL CAPITULO 3 / / /
Sabía bien que lo encontraría en este lugar, pero no esperaba ser tan
descuidado como para caer en una de sus trampas. Con dificultad trató de
observar los cortes en sus brazos y piernas, eran de consideración. Las sogas
que lo sujetaban de los tobillos, lo mantenían colgado de cabeza a una altura
de metro y medio del piso, desangrándose, como si se tratase de una simple res
en una carnicería. ¿A esto había llegado?, ¿este sería su final?
Lo que más lamentaba era no poder cumplir con la promesa que le hizo a su
amada antes de partir en esta búsqueda, pero ambos conocían bien los riesgos.
Alguien se acercaba, al parecer pisaba sobre un piso encharcado,
posiblemente sobre su sangre.
- Así que ha esto hemos llegado. Vencido y derrotado por un torpe descuido.
¡Que patético! – la decepción en la refinada voz era notoria. El delgado
y pálido sujeto, de larga cabellera platinada y ojos color purpura, camina
alrededor de Basile. Vestía finas prendas, lo que denotaba su posición adinerada.
- Lamento decepcionarlo Barón, pero entenderá que tenía la cabeza en cosas
más importantes. – mostrándole una sonrisa burlona, para recibir en
respuesta un duro golpe en el rostro, lo cual le partió el labio y laceró su
mejilla, para continuar sangrando.
- Lo mejor de todo esto es que ya no tendré que volver a escuchar tu
burda socarronería. – el sujeto sacó un pañuelo para limpiar su mano y sus anillos.
– Este
es el adiós Basile Vernier. Que tu alma se pudra en el averno.
- Nos vemos pronto Barón -
volvió a sonreírle con los dientes manchados en rojo. Por la expresión de
desagrado del Barón, una fría duda se atenazó en su marchito corazón, ¿se
referirá a verlo en el averno o que lograría escapar de esta situación para
volver hacerle frente? Lo miró por unos segundos más y descartó la absurda idea
para alejarse de él.
Basile no dejaba de sonreírle de forma casi maniaca.
+++
Patrick hizo una pausa, cerrando el libro de lomo azul que estaba leyendo. Por
lo poco que había logrado leer, narraba la historia de una especie de
investigador poco ortodoxo que va tras la pista de unos asesinos.
Este era uno de los libros que le habían dejado en la silla. En su
tapa rezaba “Sonata Nocturna por Pyot Mezznatt”.
Algo le resultaba extraño.
///
CAP 3 – VII. ENTRE LOBOS Y OVEJAS
Larshela exhaló en notoria señal de zozobra. Sin la cofia que habitualmente
le cubría la cabeza se le veía muy distinta, la cual le disimulaba una larga
cola trenzada de cabello ensortijado, que le caía por el hombro izquierdo. – Me
alegro de ver que se encuentran mejor. Lamentablemente, esta buena noticia se ve
ensombrecida ante un panorama aciago. Los recientes acontecimientos nos han
puesto nuevamente bajo una sombra siniestra, dando pie a constantes ataques
contra los miembros de esta comunidad. Nos vimos obligadas a tomar ciertas medidas
que nos permitan mantenernos seguras, pero desgraciadamente las cosas no resultaron
como esperábamos. – hizo una pausa, llevándose una mano a la frente.
Exhaló pesadamente, juntando nuevamente sus manos en la mesa. - No
paso mucho tiempo para que a ello se sumase la persecución de un grupo clandestino
de fanáticos, seguidores del Lawgiver, guiados por una monja demente que se
hace llamar Hyrwen. Solo buscan erradicarnos a cualquier costo. Intentamos
solicitar ayuda a las autoridades, pero fue inútil, pues los mercenarios que se
hacen llamar agentes del orden, ya habían sido “dispuestos” para apoyar a los
clérigos de Ezra para ayudarlos en sus festividades peregrínales. Es un infortunio
tras otro, que de seguir así nos llevará a todos a nuestras tumbas…y ni así
creo que vayamos a estar tranquilos. Todo Borca es prácticamente propiedad de
los Gemelos y ni los muertos pueden descansar en paz sin desligarse de los
impuestos.
Los cementerios solo mantienen los cuerpos de los difuntos por cinco años,
debiendo renovar el pago de alquiler por el espacio. De no ser así los cuerpos
son exhumados, limpiados y colocados en fosas comunes, colocándose solo su
nombre y fecha de fallecimiento en un poste negro. Por esta razón algunos cadáveres
son enterrados en los mismos terrenos familiares y en el caso de algunos nobles,
se encargan de construir criptas.
Como les comenté en algun momento, este lugar nos fue donado por unos
nobles, incluyendo los terrenos aledaños. La capilla que usábamos para honrar a
Hala antes era utilizado como un mausoleo. Cuando nos entregaron los terrenos,
el mausoleo ya estaba desocupado y nos encargamos de limpiarlo y acondicionarlo.
Sin embargo, no imaginábamos que existieran pasajes secretos que condujeran a
un lugar subterráneo. Encontramos los muros del lugar derrumbados conduciendo a
una serie de cavernas. De esta forma es que logramos dar con ustedes, en muy mal
estado. Procedimos a atenderlos en ese lugar, logrando estabilizarlos para
llevarlos posteriormente al hospicio. Fueron tres largas noches.
Los cadáveres que encontraron en la caverna eran antiguos, posiblemente de ataúdes
que fueron escondidos y abandonados en esta antigua cripta familiar por los
dueños, que al parecer no quisieron asumir el costo de llevárselos. Sin
embargo, la cantidad de cadáveres que encontramos, era mayor al espacio que la
vieja cripta podía albergar, percatándonos que varios de estos cuerpos estaban
relativamente frescos, por lo que se tratarían de víctimas recientes.
El lugar conectaba con el pantano, cerca al puente del portal del Amanecer.
Sin embargo, el rastro de roca fundida nos extrañó a todos al ver que apareció
de la nada para atravesar un muro y salir por la capilla, que fue por donde
ustedes descendieron. – Larshela se detuvo y miró a Daleska haciéndole una señal. Ella salió de
la oficina y regresó unos minutos después con tasas e infusión caliente de
hierbas.
- Los siguientes días nos vimos en la necesidad de enviar a todos los
miembros posibles a otros hospicios para minimizar riesgos, pero los heridos de
los incendios continuaban viniendo pidiendo nuestra ayuda, especialmente
aquellos con bajos recursos. No podíamos dejarlos de lado.
Hace dos noches recibí noticias que se preparaban para irrumpir a la fuerza
nuestro hogar y someternos a juicio público como viles delincuentes. Como verán
las cosas no están bien para nadie en este momento. – la conversación se vio interrumpida con
el ingreso presuroso de otra joven a la oficina de Lershala - Hermana,
disculpe la intromisión, pero hay personas en la entrada que exigen su
presencia.
Larshela los miró con notoria preocupación y algo de culpa – Necesitamos
su ayuda, una vez más. -
///